Parece ser que el templo parroquial de Cedofeita, en el concejo de Ribadeo, ha sido víctima recientemente de un grave expolio patrimonial. Algunas de las antiguas y valiosas imágenes que adornaban sus retablos, sustraídas de sus hornacinas, han sido dolosa y fraudulentamente sustituidas por otras de plástico. Muchos otros objetos de culto, como cruces, candelabros, etc. además de antiguos y artísticos muebles de madera han desaparecido del templo. Y hasta parece que las pequeñas cuentas bancarias, fruto del sacrificio de las aportaciones de los feligreses se han volatizado. Parece ser que estos hechos coincidieron en el tiempo con similares sucesos ocurridos en otros templos de esta comarca, de algunos de los cuales se dio cuenta en la prensa.
Desde el dolor y la pena que estos hechos producen en el corazón de quienes nos sentimos sentimental y vitalmente unidos a este templo por nuestro origen nos preguntamos sobre las acciones que se van a tomar al respecto por quienes ejercen la responsabilidad de velar por nuestro patrimonio religioso. ¿Qué actuaciones ha emprendido el responsable del patrimonio diocesano en nuestra diócesis para esclarecer lo sucedido y recuperar las imágenes y objetos desaparecidos? ¿Se ha presentado alguna denuncia sobre este expolio ante la guardia civil o la autoridad judicial para aclarar lo sucedido y tratar de recuperar los bienes que faltan? ¿O se pretende, quizás, invocando una falsa prudencia y pudor, ocultar este expolio a los ojos de la gente y dejar así profanados los sentimientos de los feligreses de Cedofeita y quebrantado su patrimonio, herencia de sus antepasados?
Se desconoce tanto el valor como el número de los objetos sustraídos. Se impone verificar y comprobar la existencia del patrimonio artístico y cultural de los objetos de ese templo reflejado en los inventarios. En el Inventario del Patrimonio Artístico de España, correspondiente a la provincia de Lugo, publicado por el Ministerio de Cultura, figura, sin duda, la relación y descripción de todos los objetos e imágenes de esta parroquia. No es exigir demasiado a quien tenga por misión velar por el patrimonio religioso de esta diócesis que verifique la existencia de los objetos e imágenes relacionados en el mencionado inventario y que actúe en consecuencia, poniendo en conocimiento de quien corresponda, la Guardia Civil, los resultados para su investigación.
Los feligreses necesitan conocer la verdad de todo lo sucedido. Y, sobre todo, necesitan que se pongan en marcha los medios necesarios y adecuados para recuperar lo que les pertenece y lo que a lo largo de tantos años ha contribuido a configurar su vida y sus sentimientos religiosos. La ocultación de los hechos, además de lesiva para los derechos de los vecinos de Cedofeita, resulta nociva para la propia Iglesia, como bien ha demostrado la ocultación de otras lacras.
José Mª Rodríguez
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