Corto e pego un post direitamente de http://representacionrealya.es/?p=33, ó que cheguei por unha ligazón nunha rede social, que xa non lembro. A ter en conta que a seu paso por internet é de xullo do 2011, logo xa vello, e a súa historia, moito máis. Xulga por ti:
“Hay en la actualidad, mi querido Alfonso, en nuestra a España
una cuestión temerosísima: la cuestión de Hacienda. Espanta considerar
el déficit de la española; no bastan a cubrirlo las fuerzas productoras
del país; la bancarrota es inminente… Yo no sé, hermano mío, si puede
salvarse España de esa catástrofe; pero, si es posible, sólo su rey
legítimo la puede salvar. Una inquebrantable voluntad obra maravillas. Si
el país está pobre, vivan pobremente hasta los ministros, hasta el
mismo rey, que debe acordarse de don Enrique el Doliente. Si el rey es
el primero en dar el gran ejemplo, todo será llano; suprimir
ministerios, y reducir provincias, y disminuir empleos, y moralizar la
administración, al propio tiempo que se fomente la agricultura, proteja
la industria y aliente al comercio. Salvar la Hacienda y el
crédito de España es empresa titánica, a que todos deben contribuir,
gobiernos y pueblos. Menester es que, mientras se hagan milagros de
economía, seamos todos muy españoles, estimando en mucho las cosas del
país, apeteciendo sólo las útiles del extranjero… En una nación hoy
poderosísima, languideció en tiempos pasados la industria, su principal
fuente de riqueza, y estaba la Hacienda mal parada y el reino pobre. Del
Alcázar Real salió y derramose por los pueblos una moda: la de vestir
sólo las telas del país. Con esto la industria, reanimada, dio origen
dichoso a la salvación de la Hacienda y a la prosperidad del reino”.
Carlos VII. 1869, Carta manifiesto a su hermano S.A.R. Don Alfonso de Borbón y Austria-Este, que en 1931 se convirtió en Alfonso Carlos I. Primer documento con el que se presentó a los españoles.
1 comentario:
Interesante entrada. As medidas económicas do rei carlos, o pretendente, non difiren demasiado das actuais, soamente difire nos privilexios da clase política.
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