20181111

Alcoa: divide y vencerás. Pablo Mosquera

Foto de parte de Alcoa-S. Cibrao tomada por min no 2012
No me he caído de un eucalipto. La estrategia de la multinacional aluminera está cantada. Primero se deshicieron de las plantas en Alicante y Amorevieta. Ahora les toca a las situadas en A Coruña y Avilés. Pero ya comienza el run run con las pérdidas, que si pero no, arroja la de San Ciprián. Es una huída por tiempos. Manteniendo esperanzas de unos y la desesperación de otros, a los que toca el finiquito. En medio, la disculpa sobre los costos energéticos y la idiocia de un gobierno que se ha creído, o nos ha hecho creer, que en la medida que tratan de usía el recibo del gasto por la energía eléctrica de ALCOA, se iba ganando tiempo y pacificando el miedo para los efectos del mercado y su globalización.
Todavía pueden dividir más. Entre acuerdos para jubilaciones anticipadas y mamandurrias con habilidad sobre los que debían ser duros ante la defensa del empleo estable con salarios dignos. Pero de esto casi ni me acuerdo cuando ocurrió. Es más, todavía recuerdo manifestaciones en las que los representantes sindicales iban vestidos de señoritos, eso sí, en primera fila portando la pancarta y asegurándose un buen plano en la foto. Algo similar a lo que sucede con las fotos de protesta por la situación del Hospital de la Costa.
Mientras: ¿alguien repara en los vertidos a tierra, mar y aire?. En cualquier caso, silencio para no incordiar al amigo americano. Silencio comprado con el plan Bravo y otras menudencias que no son desinteresadas. Son política de cambio para voluntarios y familias agradecidas pendientes de la subvención, mientras la multinacional usa la Fundación como herramienta fiscal a interés de su propio inventario. Pero, ¿qué pasa con la balsa de los lodos rojos?. ¿Está llena?. Y si se van, ¿quien se encargará de limpiarla? Y, ¿qué decir de nuestra ría del Cobo?. ¡Sí!, ese espacio natural que depende de la gestión en la presa del Rio Cobo.
Puestos a ser serios. ¿cuántas veces alguien de la parte social o de los políticos que nos representan han exigido un plan de salud para conocer si la morbilidad y mortalidad en la población de A Mariña es coherente con las tasas que nos corresponden?. No fuera a ser -hay dudas razonables en el ambiente- que la contaminación esté dando más patologías de las que nos corresponden...
Debemos hacernos a la idea. Más pronto que tarde se cerrará la planta de San Ciprián. En 1875, cuando cierra Sargadelos, en A Mariña hubo una hambruna y fue causa de una oleada para emigrar a las Américas, ya que no había alternativas. Concluyó con algo natural. La vuelta a la mar. Es decir, recuperamos el sentido de un pueblo gallego que siempre ha vivido relacionado con la pesca.
¿A qué esperan los que mandan y representan a los habitantes o trabajadores para exigir la expropiación forzosa del dique norte del puerto de San Ciprián?. Eso sí que es un activo que puede convertirse en nodal para atraer las necesarias infraestructuras de un polígono industrial al que las mercancías, como siempre han salido, saldrán y llegarán por la mar.
Contra el Tío Sam solo cabe la misma dignidad que esgrimieron los cubanos y los vietnamitas. Pero para ello, algunos deben cambiar aburguesamiento, peloteo y bajo precio al liberarse y no acudir con rigor a la jornada laboral, y eso resulta duro. Hay que madrugar y hacer turnos. No veo a los jóvenes sindicalistas muy dispuestos a la lucha obrera. ¡No saben qué diantres es tal cosa!. Es más glamuroso ir al gimnasio o estirar tras una agradable travesía en bicicleta...

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