Artigo publicado por José Mª Rodríguez Díaz no seu blog O Cargadoiro (xa non funcional) o 24 de xullo de 2006.
Lunes, 24 de julio de 2006
FEISMO EN RIBADEO
• Publicado por jmrd_ribadeo a las 23:13
Feísmo. Una palabra que las Jornadas sobre Patrimonio que se acaban de celebrar han puesto hoy de moda y de actualidad en Ribadeo. La utiliza la gente para referirse con ella al urbanismo o a las construcciones cuando por su fealdad, causan desagrado y aversión. Y especialmente se refieren con ella a ciertos edificios que por sus formas externas o por el tratamiento dado a sus elementos de acabado exterior desentonan de la tipología tradicional y rompen la armonía con el entorno en el que están situados.
Entre las causas que pueden motivar el feísmo cabe señalar el mal gusto imperante, la especulación, el afán de imprimir a las edificaciones un cierto aire de modernidad que las distinga de las demás y, sobre todo, la dejadez de los concejos que, en beneficio de los dona ferentes, permiten toda clase de abusos y aberraciones.
Decir que la villa de Ribadeo está invadida por el feísmo sería exagerar demasiado. Abundan en ella edificaciones, y muchas, tanto antiguas como modernas, que merecen un aplauso al buen gusto por la armonía que guardan con el entorno.
Pero, aunque ya pasaron los tiempos de aquella moda imperante en el Ribadeo de los años sesenta y setenta, de revestir las fachadas con azulejos, no es menos cierto que aún quedan ejemplos señeros de edificios que, por una u otra razón, desentonan del conjunto en el que están ubicados.
Un breve recorrido por las calles y plazas de nuestra villa nos ofrece variopintos ejemplos demostrativos del feísmo aún hoy imperante, y que, al mismo tiempo, nos hablan de la dejadez del concejo a la hora de velar por el cumplimiento de las normas que regulan el buen gusto y la estética.
Para empezar, lo que más resalta del feísmo urbanístico en esta villa son esos edificios de siete u ocho plantas que destruyen la imagen tradicional de Ribadeo.
Algunas fachadas de ciertos edificios, construidos recientemente, son, también, un claro exponente de feísmo, por su acabado exterior. Se ven con frecuencia voluminosas fachadas, monótonas en su diseño y con unos materiales inapropiados utilizados en su acabado exterior, que destruyen la debida armonía con el entorno.
Rompen, también, la armonía del conjunto en que se ubican muchos edificios que por sus alturas, al lado de construcciones mucho más bajas, parecen chimeneas alzadas al cielo en una ciudad industrial de principios del siglo pasado.
Algún edificio hay aún que, en un inútil esfuerzo por imitar al vecino, quedó ahí como exponente de la falta de gusto de los gestores de aquella época. La reconstrucción de la antigua plaza de la Fuente Nueva, aceptable, por otra parte, en su conjunto, pero que merecía una fuente de corte clásico, en hierro o sillería, más en concordancia con el estilo y la antigüedad del rincón que la acoge, es otro ejemplo. En su lugar colocaron un elemento cubista, que no armoniza con el entorno.
Y lo mismo pasó con las ridículas estatuas de los cocos o la de Ibáñez, acabadas con vivos colores que desentonan con unos entornos en los que resalta la sobriedad y la austeridad. O los módulos para iluminar la Atalaya, verdaderos ejemplos de feísmo decorativo, hoy ya fuera de uso y abandonados, pero que aún siguen allí presentes para dar testimonio de la poca sensibilidad estática de sus autores.
Y, sin tratar de ser exhaustivos en esta enumeración, otros exponentes de feísmo se podrían ir señalando, todos ellos demostrativos del poco cuidado que desde el gobierno local se pone a la hora de conceder las licencias o de ejecutar ciertas obras. Todo ello es una muestra evidente de la necesidad que tiene el concejo de contar con asesores cualificados y suplir de esta forma la falta de preparación de algunos alcaldes.-
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