Un novo alegato de José María en prol do bo funcionamento político, verquendo a idea da posible traizón nun pacto post electoral, e rematando coa mesma idea que foi escrito o 'Ensaio sobre a lucidez' de Saramago.
Martes, 30 de enero de 2007
CALENTANDO MOTORES
• Publicado por jmrd_ribadeo a las 10:03
Faltan ya pocos meses para las elecciones locales. Los partidos políticos, aspirantes a instalarse en esos palacios de oro que son los concejos, sostenidos con el sudor del pueblo, empiezan a calentar motores. Otra vez querrán convencernos, con sus iniciativas estrella, de que pretenden servir a los ciudadanos, ocultando que a lo que realmente aspiran es al poder. Dedicarán el tiempo que falta a intentar seducirnos con su constante aparición en los medios y su frenética actividad que no pueden disimular. Una forma sutil de engañar a la gente. Aunque no siempre da resultado, como algunos saben por experiencia.
Uno de los competidores, en Ribadeo, es el PSOE del Sr. Vacas, con un aspirante repetidor que consumió tres largos años, diciendo a todo 'si-si', y sin hacer nada. Tres largos años dedicados a improvisar y a viajar constantemente por Europa adelante, con su escolta de funcionarios, en busca de raros hermanamientos y ascensores, mientras abandonaba la gestión de la alcaldía. Siempre presente en los juzgados, se dedicó a promover escandalosos salarios para sus funcionarios amigos, de graves secuelas para el futuro del consistorio, al que no defendió, como era su obligación. ¿Y quién no recuerda su enorme interés por sacar adelante aquellas urbanizaciones famosas, que ahora la Xunta le denegó? El principal criterio inspirador de su Plan de Urbanismo no fue dar respuesta a las demandas reales de la población, sino complacer, sin decirnos porqué, los intereses de las grandes inmobiliarias. Olvidó sus promesas de hacer viviendas sociales para los necesitados y se puso del lado de las constructoras para hacer residencias de lujo para los ricos que vienen de fuera. ¿Y qué hizo de su programa? Traicionó su compromiso electoral con los ribadenses. Los grandes retos que Ribadeo tenía pendientes, ahí siguen, sin resolver. El Polígono Industrial que no arranca, el PXOM que va para largo, la Circunvalación que no avanza y el juzgado que está esperando tiempos mejores. El resultado de su gestión fueron unos impuestos mucho más elevados, unos edificios más altos, ilegalidades en la construcción y un concejo más sucio y más endeudado, y el cierre del puerto de Mirasol. Y mientras que en su discurso de investidura nos prometía el paraíso con su gestión, el alcalde se dedicó a vivir en el limbo con sus viajes, haciéndonos pasar un infierno con los impuestos y su mala gestión. ¿Qué oferta nos puede hacer ahora, que sea creíble?
Y en cuanto al BNG, ni llenó las expectativas de sus afiliados, ni tampoco las esperanzas que el medio rural tenía depositadas en el. Lo que hizo fue cargarnos con el peso de la dedicación exclusiva de su candidato, para lo que tuvieron que subir los impuestos a los ribadenses. Pretendió su candidato humanizar Ribadeo, arreglando calles y poniendo arbolitos y bancos por todas partes. Pero olvida el BNG que el verdadero camino para humanizar Ribadeo es lograr que los edificios tengan menos alturas, que la villa tenga más y mejores parques y aparcamientos y que la gente pague menos impuestos. En su encomiable lucha por conseguir un Plan de Urbanismo decente, y controlar los oscuros intereses del Vacas, que iban por otro camino, acabó, finalmente, cediendo a las pretensiones de éste. De esa claudicación nació el bodrio de Plan que, finalmente, la Xunta les rechazó. Una claudicación que le permitió a su candidato conservar así su jugosa canonjía como premio al apoyo prestado al alcalde. Y ahí está el PP, que aspira, de nuevo, a ponerse al servicio del pueblo. Durante todo este tiempo, hizo un difícil y serio trabajo de oposición, aunque complaciente y ambiguo en muchos casos. Recuérdese, sino, su inexplicable abstención en la votación de los convenios urbanísticos. Pero, eso sí, hizo una cosa muy importante: no engañar a los electores, como hizo el PSOE del Vacas. Pero, ¿le habrán servido estos cuatro años de travesía en el desierto para purificar sus actitudes y aspirar otra vez a un futuro gobierno en el que los errores del pasado no vuelvan a tener cabida y Ribadeo vuelva a ponerse en camino, después de cuatro años de inactividad y de improvisación? El tiempo nos lo dirá.
Y una cuarta opción parece aspirar a participar en la lucha. Un candidato a estrenar. ¿Va, como otros muchos, en busca de esa mina de oro que es el concejo o busca servir a los ciudadanos? El tiempo nos lo dirá. Veremos cual es su programa y la confianza que nos merece. De todas formas, parece que los pactos se imponen de nuevo. ¿Pero, estará Ribadeo abocado, otra vez, a un futuro gobierno en el que toda discrepancia e ideología ha de ser sacrificada en aras de unos pactos que sólo sirven para alcanzar el poder? Y si es así, si hay que pactar, ¿Qué sentido tiene votar a unos o a otros? Si no se respetan las diferencias de criterios e ideologías, ¿en qué se diferencian unos candidatos de otros?
Todos ellos nos volverán a ofrecer otra vez sus programas. El pueblo quiere saber qué piensan hacer, si llegan a gobernar, con la vivienda, las infraestructuras, el urbanismo, los impuestos, la limpieza, el medio ambiente, los ruidos, la participación ciudadana o la gestión de los servicios. Es decir, propuestas claras y concretas de cómo resolver los problemas que nos rodean. Y el pueblo les dará su respuesta. Con su apoyo al que lo merezca o, quizás, desengañado, con su voto en blanco a todos ellos.-
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