A macronave sobre a ría fixo posible a unión do pobo para a súa defensa, baixo o lema 'ría si, nave non'. Unión á que non se ten chegado outras veces, con resultados non desexables. O momento no que escribe José María é un momento crucial nesa defensa, antes da manifestación.
Viernes, 02 de mayo de 2008
NO TODO EL MONTE ES ORÉGANO
• Publicado por jmrd_ribadeo a las 15:37
Como dice el refrán popular, las desgracias nunca vienen solas. Los temores de los ribadenses empiezan a hacerse realidad. Como si ya fueran pocos los graves problemas a los que se enfrenta el alcalde y el pueblo de Ribadeo, personas con intereses ajenos a nuestra villa nos presentan ahora uno más y no de pequeña importancia. Se trata del presidente de Portos de Galicia, D. Jacinto Parga, que quiere colarnos por la misma puerta que utilizó otras veces, una nave de enormes dimensiones, una terminal destinada a carga, descarga y almacenamiento de mercancías en el muelle comercial de Mirasol. Con la opacidad que le caracteriza y bajo el falso pretexto de creación de puestos de trabajo, eligiendo, precisamente, estos sensibles momentos en los que el paro aumenta, tratará de doblegar la voluntad de nuestros representantes para conseguir su objetivo, cuando en realidad lo que está protegiendo son los intereses de ciertas empresas privadas, como Galigrain S.A. o ENCE, a costa del patrimonio de Ribadeo.
Estamos, pues, ante una nueva situación, verdaderamente embarazosa, con la que los portavoces de los partidos políticos se van a encontrar el día 13 de mayo. Ese día habrán de manifestare sobre este proyecto y responsabilizarse ante el pueblo de su postura. La desventaja de los políticos frente a la opinión de los vecinos es que ellos tienen la percepción de los hechos distorsionada por los intereses personales o partidistas, mientras que el pueblo ve las cosas sin esos condicionamientos. Aunque el alcalde ya dio evidentes señales sobre ese tema, para quien las sepa interpretar, de que no todo el monte es orégano.
Se trata de la construcción en el puerto de Mirasol de una inmensa nave de seis mil metros cuadrados, unos 27 metros de altura, - similar a un edificio con un bajo y ocho alturas - y una superficie equivalente a un campo de fútbol, según manifiesta el alcalde, que suele estar bien informado. Y la mitad de la nave, unos dos mil doscientos metros cuadrados, colocada en la Ría de Ribadeo. Una vez más se confirma lo que tantas veces vengo manifestando en mis comentarios; que, año tras año, la ría se va destruyendo sin que nadie lo impida. Primero fueron las escolleras, luego los rellenos y los pilares del puente; y ahora le toca el turno a un gigantesco edificio en su superficie. ¿Qué será la próxima vez?
Los posibles beneficios que esta obra va a aportar a Ribadeo no están aún definidos. Esa es la misión que trae aquí al presidente de Portos: convencer a nuestros ediles de la gran importancia y las ventajas que esta obra supone para el futuro laboral de Ribadeo; justificar así sus repetidos atropellos con la eterna y seductora falacia de la creación de trabajo. Justificación muy discutible por su escasa rentabilidad social y económica para Ribadeo. Pero, en todo caso, ¿es este el único modelo posible de crecimiento económico capaz de generar riqueza y puestos de trabajo en esta comarca?
Lo que sí conocemos, sin que nadie nos las explique, son las desventajas que este proyecto representa para Ribadeo: la destrucción del armonioso conjunto de su casco histórico y de su ría, sin hablar del enorme impacto ambiental que esa nave provocará en este espacio hoy especialmente protegido por la declaración de la biosfera del Eo. ¿Qué repercusión va a tener esta obra en los canales y los tesones y cual va a ser el impacto paisajístico para la ría y la villa? ¿Cuál su incidencia en el futuro del turismo de esta comarca?
La situación en la que se van a encontrar los ediles ante este problema no es envidiable. La decisión que habrán de tomar en nombre de los ciudadanos es delicada. Una situación verdaderamente comprometida que exige un gran esfuerzo de responsabilidad. Ha llegado, por fin, la hora de elegir el modelo social y económico para el futuro de Ribadeo. ¿Va a abandonar Ribadeo su trayectoria turística y las ventajas económicas que se derivan de ella para inclinarse por el camino de un futuro industrial, tipo Avilés, pero de futuro incierto? ¿Van a renunciar los dirigentes políticos a su responsabilidad en beneficio de intereses ajenos? Ha llegado la hora en que tanto los ediles como los vecinos deberán defender con energía la herencia que recibieron y que deberán transmitir a las futuras generaciones, mejorada a poder ser.-
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