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LOS COLETAZOS DE UNA PESADILLA, José María Rodríguez Díaz (2008)

    Un escándalo comentado por José María. A dicir que, ó final, Balbino Pérez Vacas obtivo os doce mil euros que pedía...

Sábado, 26 de julio de 2008

LOS COLETAZOS DE UNA PESADILLA

• Publicado por jmrd_ribadeo a las 10:27

Porque eso es lo que fue el paso por la alcaldía de Ribadeo del ex alcalde del PSOE, el Sr. Pérez Vacas. Una pesadilla de la que estamos aún recibiendo los coletazos. Cuando aún no nos habíamos recuperado del impacto recibido por la reclamación de la empresa inmobiliaria Mahía, de casi 16 millones de euros, por los perjuicios ocasionados por este concejo a su proyecto en O Costal, según ella, nos sorprende ahora la noticia de la reclamación presentada por el citado ex alcalde del PSOE que exige al concejo la suma de doce mil euros por los dos meses que estuvo sin sueldo en el concejo a causa de un acuerdo plenario que él califica de nulo.

Dos reclamaciones que hablan por si solas de la catadura de un personaje que basó su discurso electoral en gestionar nuestro patrimonio público con honestidad y austeridad. Un gestor que actuó con total desprecio al valor de nuestro dinero y dedicó sus esfuerzos a derrocharlo a manos llenas sin importarle las consecuencias. Fue con ese criterio con el que llevó adelante el escandaloso subida de sueldo de los funcionarios, el dinero derrochado en sus constantes viajes por Europa adelante para traer el ascensor de la Atalaya y sin importarle las consecuencias, el dinero invertido en las famosas estatuas de los cocos y del Marqués de Sargadelos y tantas otras actuaciones superfluas, llevando al concejo a un grave endeudamiento. Un grave endeudamiento del que ahora acusa a su socio de entonces en el gobierno, el BNG. Pero ¿quién era en aquel entonces el responsable de las arcas municipales? ¿El alcalde o el teniente de alcalde? Aquella frase famosa que tanto gustaba de pronunciar en los plenos, “¿será por dinero?”, es fiel reflejo de su actitud hacia las arcas municipales y del poco respeto que nuestro dinero le merecía.

Un mandato de cuatro años estériles que no dejaron aportación alguna, digna de mencionar, de su paso por la alcaldía. Únicamente unas arcas municipales exhaustas, lo que no es nada extraño dado lo que implicaba para el concejo su sueldo de alcalde a juzgar por lo que ahora reclama: casi cincuenta millones de pesetas durante el breve mandato, sin contar viajes ni dietas ni demás gastos de representación.

Y basa su reclamación el ex alcalde, a juzgar por lo que manifiestan los medios, en que el pleno le retiró el salario, pero no la dedicación exclusiva. Vistas así las cosas como él las plantea parece que no le sobraría razón. Pero su razonamiento encierra una sofisticada falacia. Es cierto que el pleno, que antes se lo había concedido, en vista de su ineficacia en la gestión, acordó retirarle el salario. Lo que no le quitaron fue la dedicación exclusiva porque era de su libre elección y en eso el pleno ni entró, ni se la impuso. Pudo dejarla él como lo hizo su teniente de alcalde, pero no quiso. Prefirió seguir dedicándose exclusivamente al concejo y sin sueldo, en vez de incorporarse a su puesto de trabajo anterior, como hizo el teniente de alcalde, el Sr. Suárez Barcia, que se incorporó a su puesto de trabajo en el concejo de Vegadeo. Apoya su razonamiento en que la empresa no le pudo admitir nuevamente por tener una dedicación exclusiva en el concejo. Si esto fuera verdad, ¿cómo pudo ser admitido el Sr. Suárez Barcia si estaba en las mismas condiciones que él?

Esperemos el resultado de la justicia, si es que se propone llevar hasta ella su reclamación, pues en esto tengo mis dudas. Pero, sea como sea el final de esta historia, lo que está claro es que su elección para el cargo y su paso por la alcaldía fue un pésimo negocio para Ribadeo. Una lección, que debo aplicarme a mi mismo, para que en el futuro aprendamos a ponderar mejor nuestros actos y decisiones y no cometer los mismos errores. Pues, como decía Cicerón, cuiusvis hominis est errare, nullius vero, nisi insipientes, in errore perseverare, es decir, es humano equivocarse, pero sólo los necios perseveran en el error.-

José Mª Rodríguez

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