Ano novo, problemas novos. Algo así debeu de pasárselle a José Maria pola cabeza a comezos do ano 2009, cando publicou no seu blog a seguinte entrada. Sobre un tema, por certo, que aínda que hoxe non está "de moda", segue a estar presente nas nosas rúas.
Sábado, 10 de enero de 2009
BANDAS REDUCTORAS DE VELOCIDAD
• Publicado por jmrd_ribadeo a las 11:59
Ante ciertas quejas formuladas hace unos años por algunos vecinos que levantaron su voz contra la excesiva velocidad y las carreras de coches por las calles de esta villa de Ribadeo el gobierno de entonces, en manos del PSOE, seducido por la moda imperante en otras villas de similar categoría, en vez de enfrentarse al problema aplicando los remedios sancionadores convencionales, optó por la decisión más cómoda de instalar bandas transversales reductoras de velocidad en las calles afectadas para poner freno con ellas a los infractores del volante.
Pero, ¿era necesaria la adopción de esta contundente medida para frenar los peligros que las imprudencias de unos pocos suponían para algunas personas a costa de las molestias que representaban para todos los demás, vecinos y conductores? ¿No se pudo erradicar este abuso con los medios convencionales de siempre, las oportunas señales limitadoras y el control eficaz de la policía, capaces de hacer respetar las limitaciones de velocidad, sin tener que adoptar estas medidas tan incómodas para el resto de los conductores?
Fue así como, ante los efectos secundarios producidos por estas barreras, pronto surgieron numerosas voces de protesta por causa de los daños colaterales que esta solución implicaba, tanto para los vecinos como para los propios conductores que a diario circulan por las calles de esta villa. Las constantes molestias ocasionadas a los vecinos por los exagerados ruidos que producen los coches al cruzar las mencionadas barreras y a los conductores por el grave daño que representan para sus vehículos, ocasionó protestas que el gobierno de entonces obstinadamente ignoró, optando por el camino más fácil y cómodo para poner remedio a este abuso.
Y es así como ahora nos encontramos todos soportando las consecuencias de esas desacertadas medidas teniendo que padecer a diario los efectos de esos excesivos y exagerados obstáculos, auténticas gincanas en algunos casos, como son los del paseo marítimo, que causan daño en los vehículos, molestan a los vecinos con el ruido que producen y limitan el derecho que tienen los conductores a disfrutar de una conducción fluida y normal.
Consciente ahora el Ministerio de Fomento del abuso en que se cayó con la instalación arbitraria de estas bandas transversales y pasos elevados, como fue el caso de Ribadeo, y ante las protestas de las asociaciones de conductores y de los frecuentes fallos judiciales en contra de su colocación abusiva, acaba de aprobar una Orden que regula la instalación de los reductores de velocidad y de las bandas transversales de alerta en la Red de Carreteras del Estado, únicas vías en las que tiene competencias el ministerio. Para corregir los abusos que con ellas se cometían, esta norma regula al detalle tanto su altura, que no debe exceder de diez centímetros, como la longitud de las rampas de acceso y aún el material de que deben estar hechas. Algo con lo que no coinciden las barreras puestas por el gobierno del PSOE en las calles de esta villa, que exceden con mucho, tanto los límites de altura, como la escasa longitud de las rampas.
Y aunque esta regulación sólo es de aplicación en las carreteras de titularidad estatal, su filosofía y su contenido sirve y debe ser aplicado, también, a las barreras colocadas en los viales no estatales, como son los de la villa de Ribadeo. Estas, al incumplir las condiciones que la norma establece, deberían ser modificadas para adaptarlas a la norma general y reducir así los perjuicios y las molestias que su estado actual ocasiona, sin que por ello dejen de cumplir su función disuasoria.
¿Qué eco va a tener esta norma en las decisiones del actual regidor ribadense? ¿Cabe esperar del gobierno actual una actuación correctora sobre estos obstáculos para adaptarlos a la norma en vigor y hacer más humana la vida a los vecinos en esta pequeña ciudad con la que sueña el alcalde? Tengo mis dudas.-
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