O tema dos postos no mercado dos mércores encamiñaba daquela á solución forzada pola alcaldía, pero aínda non estaba tan claro se a solución sería definitiva, nin aínda se ó final a habería con continuidade do mercado, como mantén José María.
Sábado, 21 de febrero de 2009
SOSTENELLA Y NO ENMENDALLA
• Publicado por jmrd_ribadeo a las 22:17
El mercado de los miércoles en Ribadeo sigue enquistado y sin trazas de solución. El futuro de tan importante y tradicional acontecimiento está en juego. Los numerosos intentos de diálogo entre los vendedores afectados y las fuerzas políticas no han dado el resultado esperado. Las numerosas reuniones entre los portavoces políticos no se han traducido en acuerdos. Su última reunión conjunta fue un fracaso. Contra lo que opinan algunos la gente empieza a estar preocupada mientras repiten aquella frase del dios de Curros Enríquez cuando decía, “se este é o mundo que eu fixen, que o demo me leve”.
Nadie ignora que la mejor forma de resolver los problemas es no crearlos. Pero cuando surgen hay que tratar de resolverlos y evitar que se enquisten. Como dice el adagio latino, “cualquiera puede equivocarse, pero sólo los necios permanecen en el error”. A la autoridad municipal le faltó voluntad para cambiar la ordenanza que fija las tasas. Sucumbió a la avidez recaudatoria. Y ahora, dar el brazo a torcer no parece políticamente correcto. Se escuda en el cumplimiento de la legalidad, olvidando que “el sábado está hecho para el hombre y no el hombre para el sábado”.
Tampoco la oposición tuvo más éxito en su intento de mediación. Los sentimientos de mutua antipatía entre algunos portavoces y el afán de protagonismo que los divide se lo impidieron. Y las consecuencias las pagan el mercado y los vendedores. Como siempre, la cuerda siempre rompe por la parte más débil.
Frente a la propuesta de 4642 euros hecha por los vendedores, el portavoz de UPRI, Sr. Rivas, proponía en su detallado estudio la cantidad de 4688 euros. Una cantidad capaz de satisfacer las aspiraciones, tanto de las arcas municipales como de los vendedores. La propuesta conjunta de los tres portavoces de la oposición superaba ligeramente las dos anteriores: 4774 Euros, lo que no representaba un cambio económicamente significativo, como dicen algunos, respecto a las dos anteriores. Todas ellas muy lejos de la ambiciosa propuesta del alcalde, que asciende a unos 11 600 Euros. A la vista de estos datos, la pregunta que uno se hace es ¿porqué estando tan próxima la propuesta de los vendedores y la de los portavoces de la oposición no se llegó a un acuerdo? Parece que la falta de desacuerdo no estaba tanto en la cantidad a pagar sino en el sistema de medición que se pretende aplicar a los puestos. Mientras unos proponían el mostrador como medida de referencia, otros incluían el toldo y los terceros abogaban también por el almacén de mercancías.
Pretender sanear los graves problemas que tiene el concejo a base de impuestos demasiado gravosos parece un error, sobre todo en estos tiempos de crisis en los que lo aconsejable es bajar los gastos para poder superarlos. El saneamiento económico del concejo tiene que venir de la aplicación de otras medidas, como me he cansado de repetir tantas veces. Pero se siguen cultivando los mismos hábitos manirrotos de aquellos tiempos de opulencia en los que el dinero fluía a raudales como nos recuerda aquella frase famosa pronunciada por el alcalde de entonces, Sr. Pérez Vacas, cuando decía en los plenos “¿Será por dinero?”. Por otra parte, justificar esta actitud intransigente comparando este impuesto con los que tienen que pagar otros colectivos es caer en la demagogia. Cada actividad mercantil tiene sus propias peculiaridades, porque sus circunstancias son diferentes. El hecho de que un determinado colectivo reclame unos impuestos más justos no quiere decir que los demás estén en la misma situación.
Porque el quid de la cuestión para resolver justa y adecuadamente el problema está en saber si hay la debida proporción entre los impuestos que se les pretende imponer y los ingresos que ellos obtienen por el desempeño de su actividad.
Después de la última reunión mantenida entre los portavoces de la oposición y el alcalde en la que no fue posible un acuerdo. Parece que el tema está cerrado. Para bien o para mal. ¿Habrá o no mercado en Ribadeo? El tiempo nos lo dirá. Si lo hay, habrá que reconocer que el alcalde tenía razón en sostenella y no enmendalla. Si no lo hay, será que los vendedores tenían razón al rechazar ese impuesto. Será la historia y la ciudadanía la que juzgue y pida cuentas a los responsables por la pérdida del mercado y el daño inferido a 80 familias. Como vecino de Ribadeo lamento que no se alcanzase un acuerdo, porque entendiendo que perdiendo todos un poco, es Ribadeo quien gana.-
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