Un artigo sobre un tema que, en charla con José María, deunos lugar a algunha discusión...
Viernes, 12 de junio de 2009
FRONTERAS IDIOMÁTICAS FRENTE AL TURISMO
• Publicado por jmrd_ribadeo a las 22:13
El turismo. He ahí una de las principales fuentes de riqueza de nuestra comarca. Todos los esfuerzos que se hagan para potenciarlo constituyen una enorme contribución al desarrollo de la economía local. De hecho, los esfuerzos hechos por los concejos de la mariña lucense en los últimos años han significado, en general, una gran contribución al desarrollo de la riqueza turística de la mariña. Y digo en general porque hubo lamentables excepciones. Actuaciones realizadas con este pretexto, pero que sólo sirvieron para pagar a algunos sus vacaciones con cargo a nuestro dinero. ¿O no fue ese el caso de aquella famosa excursión de algunos de nuestros representantes políticos a Uruguay, patrocinada por la Diputación Provincial? ¿En dónde están ahora los frutos de ese viaje?
El idioma gallego, como seña de identidad y exponente de nuestra idiosincrasia y de nuestra cultura, es algo que se debe cuidar y utilizar como instrumento de comunicación entre nosotros. Y es, de hecho, esta lengua la que suele utilizarse ordinariamente en nuestra comarca, en la mayoría de los estamentos públicos, tanto oficiales como privados y sobre todo en el lenguaje coloquial de la gente.
Pero utilizar el gallego con gente de otras regiones para darles a conocer nuestra riqueza, o para pretender atraerlos a nuestra comarca, presentándoles nuestras maravillas turísticas en una lengua que desconocen no parece correcto ni adecuado. Pero a veces, llevados por un chauvinismo incontrolado, caemos en ese error, sin darnos cuenta de que el idioma es un medio para comunicarnos con los demás y no para diferenciarnos. Los idiomas que levantan muros y crean fronteras no sólo no cumplen con su objetivo de ser medios de comunicación, sino que más bien se convierten en un obstáculo.
Se acaba de publicar un libro, A RÍA DE RIBADEO, precioso por su contenido, dedicado a ensalzar las bellezas y los valores de la ría de Ribadeo, declarada Reserva de la Biosfera. Un libro que pretende dar a conocer los ocultos valores de la flora y de de la fauna de esta ría y los hermosos paisajes y las bellezas ocultas que encierra este bello rincón de la naturaleza. Un libro destinado a dar a conocer la ría de Ribadeo y a revelar sus valores turísticos, no sólo a los gallegos, sino a gentes de otras regiones. ¿Pero podrá conseguir su objetivo un libro redactado en gallego, un idioma que desconocen?
Las asociaciones Ceder Oscos-Eo y Puente de los Santos, seducidas por su visión miope y reduccionista y para complacer dos sensibilidades distintas, no han tenido mejor idea que editarlo en dos versiones lingüísticas: una en gallego, utilizando el nombre de Ría de Ribadeo, sin tener en cuenta los muchos destinatarios que desconocen este idioma, y otra en castellano, utilizando el nombre de Ría del Eo, destinada al colectivo asturiano. ¿Está justificada esta inversión en dos ediciones? Y lo que aún es más grave, ¿se puede utilizar el dinero público para quebrantar una norma toponímica, como es cambiar el nombre oficial de la ría, que no es otro que el de Ría de Ribadeo? ¿Es así cómo se administra el dinero de los fondos europeos, destinados al desarrollo de nuestra región? Si lo primero es criticable por su chauvinismo, lo segundo no lo es menos por utilizar el dinero público para quebrantar las normas. En todo caso, ambas actuaciones sólo demuestran una actitud despilfarradora del dinero de todos.
Y pasando a otro tema, relacionado, también, con el turismo, merece la pena comentar cómo los guías turísticos, que actúan estos días recorriendo los parajes históricos y turísticos de la villa de Ribadeo, deslizan errores, omisiones e imprecisiones en sus explicaciones a los turistas sobre los datos históricos de los monumentos que les enseñan. Datos, sin depurar, tomados de una página Web del concejo de Ribadeo, que se colgó en la red con demasiada prisa y demasiados errores. Unos errores que ahora se transmiten así a los crédulos turistas que los escuchan boquiabiertos, sin que la delegación de cultura, ocupada en otras trivialidades y fuegos artificiales, haga nada para evitarlo.-
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