Un tema recorrente en José María, o tratamento dos salarios do concello. Con algunha precisión máis que noutros dos artigos.
Viernes, 02 de octubre de 2009
LA EXCESIVA PRESIÓN SALARIAL ASFIXIA AL CONCEJO DE RIBADEO
• Publicado por jmrd_ribadeo a las 15:31
Como todo el mundo sabe, los recursos económicos del concejo de Ribadeo se encuentran en fase crítica con más de cinco millones de euros de deuda. Una situación a la que parece que no es ajeno el enorme gasto que representa, no sólo el excesivo número de trabajadores que tiene que soportar, sino sobre todo los sueldos sobredimensionados y escandalosos de ciertos funcionarios, de quienes el Informe emitido por la USC dice que están “moi por riba do habitual para concellos similares ao Concello de Ribadeo”. Una grave situación de los fondos municipales que pesa directamente sobre los vecinos contribuyentes, que tendrán que hacerle frente con sus aportaciones, y que al mismo tiempo merma la operatividad y eficacia del concejo en el cumplimiento de sus objetivos.
¿Pero, cómo se ha llegado a esta situación? ¿Quiénes son los responsables? Porque las cosas no se producen por generación espontánea, sino que detrás hay personas que con sus decisiones contribuyeron a crear esta situación. Ponerles nombre no requiere más que una breve evocación de los hechos que se sucedieron en los últimos mandatos municipales y que están en el recuerdo de todos.
Las consecuencias directas e inmediatas del exagerado volumen de gasto municipal provocado son, entre otras, las siguientes:
La primera es la grave discriminación que se produjo entre los propios trabajadores del concejo, debida a la excesiva diferencia salarial establecida entre unos y otros, aun a pesar de las distintas funciones propias de cada uno. Una diferencia que, en algunos casos, supera la cantidad de 4940 euros ( más de 821 000 pesetas) mensuales.
La segunda es la excesiva incidencia que la partida de gasto de personal tiene en el conjunto de los Presupuestos, con la consiguiente merma de capacidad económica del concejo para hacer frente a sus objetivos.
Y la tercera es que la actual situación de continua indigencia de las arcas municipales supondrá un aumento de la presión recaudatoria sobre los vecinos contribuyentes.
Pero, la pregunta angular de esta situación es cómo pudo llegar el concejo de Ribadeo a esta situación. En su afán de obtener el máximo respaldo de ciertos funcionarios para lograr ejercer un mandato fácil y cómodo, llevó a algunos alcaldes a intentar seducir su apoyo a costa del dinero de los vecinos. Tal fue el caso del gobierno del PP, con su pretensión de equiparar los sueldos de los funcionarios de Ribadeo a los de la Diputación Provincial, pues creía que los de aquí, después de privatizar ciertos servicios, como el de agua o el de recaudación, trabajaban mucho y ganaban muy poco. Y aunque el PP se negó más tarde a apoyar la aprobación del convenio salarial en aquel famoso pleno del mandato del Sr. Pérez Vacas, no lo hizo movido por la escandalosa subida salarial que en el convenio suponía para ciertos grupos de funcionarios, sino por la discriminación y falta de equidad que suponía para otros muchos. Lo que quiere decir que el PP, aunque rechazó el convenio por la falta de equidad que suponía, estuvo de acuerdo, entonces y ahora, con la exagerada subida salarial acordada.
Pero, por si esto no fuera bastante, el gobierno siguiente de PSOE, que lideraba el Sr. Pérez Vacas, persistiendo en el intento de conseguir el apoyo a ultranza de ciertos funcionarios locales para asegurarse una gestión fácil y cómoda, para la que se no se sentía capaz por sí solo, impulsó la negociación de un convenio en el que, en vez de defender a la patronal, que era el concejo, como era su obligación y como se hace en todos los convenios, en un intento de superar al PP, el alcalde se allanó a aceptar todas las mejoras salariales propuestas por los trabajadores que, como es lógico y natural, pretendían sacar la mejor tajada de las ubres del concejo utilizando la evidente debilidad del alcalde. Un simulacro de convenio en el que, al contrario de lo que es usual en estos casos, no hubo ninguna negociación, sino una bajada de pantalones por todo lo alto por parte del alcalde de entonces que se tradujo en una total cesión de los intereses empresariales, que son los del concejo, ante a los intereses sindicales, que son los de los trabajadores. ¡Así negocia cualquiera! Un convenio posteriormente aprobado en un pleno, pleno que pudo ser muy legal, como así reconoce la sentencia del TSXG que no entra a analizar la conveniencia del convenio, ni si era justo o injusto, sino la validez del acto plenario que lo aprobaba. Una sentencia que, por lo tanto, en ningún caso garantiza la ética y la moralidad del convenio aprobado. Pero lo inaudito del Sr. Pérez Vacas es que, apoyándose en el fallo del Tribunal Superior de Xustiza, confundiendo el continente con el contenido, se dedica ahora a proclamar ante los ribadenses esta sentencia como la confirmación de su exitosa gestión y un gran logro para Ribadeo, pretendiendo confundir a la opinión pública tergiversando el sentido de la sentencia que sólo beneficia a unos pocos y perjudica los intereses generales de Ribadeo. Lo que el Sr. Pérez Vacas no explica a la gente en sus intervenciones en los medios es que el mencionado Tribunal no entró a valorar ese convenio sino la validez del Pleno que lo aprobaba, algo muy distinto, pues, como dice el adagio latino, quod non vetat lex, hoc vetat fieri pudor [iso que non veta a lei, prohíbeo o pudor]. Y hete ahí como ahora nos encontramos ante un convenio que supone una carga abrumadora a la que tendrá que hacer frente el pueblo de Ribadeo que debería mostrarle su agradecimiento al Sr. Pérez Vacas con la erección de una estatua conmemorativa de su mandato.
¿Y qué parcela de responsabilidad le toca aquí al BNG? Aquí entra en escena la actuación del Sr. Suárez Barcia, socio del gobierno del Sr. Pérez Vacas, que en ese momento, en su afán de allanar los caminos de su inicio en la política, cometió el grave error de apoyar en el Pleno ese famoso convenio que consumó la felonía del Sr. Pérez Vacas, a quien el pueblo, que no comulga con ruedas de molino, ya le demostró su opinión en las urnas, aunque el daño haya quedado ahí para siempre. Ante esta sentencia del Tribunal, el tardío arrepentimiento del BNG no se traduce en una buena noticia para Ribadeo, aunque no por eso deja de ser apreciado en su justo valor el hecho de que haya reconocido su error y entonado su particular “mea culpa”, porque es propio de personas nobles el reconocimiento de sus fallos, cosa que el Sr. Pérez Vacas no hizo. Y esa es, entre otras muchas, la diferencia que hay entre los dos, por lo que no ha de dársele el mismo trato al arrepentido que al empecinado.
Yahora, ribadenses, a lo hecho, pecho y ¡a pagar! Porque aunque el Sr. Pérez Vacas pase a la historia como el peor alcalde que tuvo y que posiblemente tendrá Ribadeo, ahí quedará su famoso convenio pesando como una losa sobre el pueblo de Ribadeo hasta que aparezca un hombre con la capacidad suficiente para reconducir de nuevo esta situación.-
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