Foto de Suso Fernández
Este sábado, a concentración pola paz desprazouse ata a Veiga. Itinerante, o próximo último domingo de mes (día 29 de outubro), a concentración terá lugar ás 12:30 diante do concello de Ribadeo.
Ben, na Veiga unha trintena de persoas do occidente asturaiano e a Mariña lucense reunímonos para pedir activamente a paz. Para tentar axudar a construíla. Lin e fixen un pequeno comentario do resume que realizou Suso Fernández, logo dixo unhas verbas Evaristo Lombardero sobre o movemento da paz na zona e as actividades cara ó futuro e log unha persoa de Navia falou da posibilidade de rachar coa financiación armamentista polo uso de institucións como a 'Banca Ética' Fiare.
O que lin e o comentario:
LA PLAZA
Gil-Manuel Hernàndez i Martı́
En el sistema capitalista, los Estados están controlados por las élites económicas, los Estados capitalistas más poderosos tienden a ejercer su dominio colonial sobre los paı́ses más débiles, imponiendo su influencia económica a la fuerza
Por otro lado, la “guerra contra la vida” se convierte en una metáfora para describir cómo el capitalismo, impulsado por la competencia, el deseo de crecimiento y la búsqueda incesante de beneficios y sobre todo el mito del progreso, para sostener la vida en la Tierra.
Esto nos lleva a fenómenos como la explotación y privatización de recursos naturales, la contaminación y degradación ambiental,o el desplazamiento de comunidades indı́genas.
El capital genera guerra y la guerra genera capital. Ambos factores son inseparables.
A qué denominamos La guerra mundial crónica
A partir de la segunda guerra mundial la llamada Guerra Frı́a se desarrolló como una serie de conflictos armados periféricos entre el capitalismo de mercado liberal y el capitalismo de estado “comunista”
Tras la caı́a del Muro de Berlı́n parecı́a que la idea del “fin de la historia” habı́a prevalecido. Pero surjieron crisis economicas y sociales al tiempo que se agravaba la crisis energética. A partir de 2014 estallaron nuevos conflictos bélicos o se intensificaron otros previos y se fueron internacionalizando. Tal fue el caso de la Guerra en Siria e Irak, las guerras del Sahel en África occidental, la Guerra en Yemen, la Guerra de Libia,las tensiones entre China y Taiwán,Israel y Palestinos, Marruecos y el Sahara y la guerra que estalló en el este de Ucrania con la anexión de Crimea por parte de Rusia y los combates entre fuerzas ucranianas y separatistas prorrusos en las regiones de Donetsk y Lugansk.
Estos conflictos podrı́an haber constituido el prólogo de lo que algunos analistas consideran como el inicio de la Tercera Guerra Mundial, desencadenada por la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero de 2022.
No obstante, es crucial subrayar que gran parte del mundo aún no es plenamente consciente de esta situación, tal como ocurrió en las guerras mundiales anteriores.
La guerra mundial en curso es tanto una consecuencia como una causa de una feroz competencia por los recursos esenciales para el mantenimiento del sistema.
Los impactos de esta situación pueden ser demoledores para las poblaciones civiles, con un aumento de las hambrunas, el abandono, la mortalidad y un sufrimiento generalizado. Además, se corre el riesgo de que se intensifiquen los conflictos étnicos y sectarios, y de que se acelere la degradación social de vastas regiones del planeta con el uso de armas de destrucción masiva.
Este contexto bélico también agrava el daño a la biosfera y acelera el cambio climático, contribuyendo a una catástrofe ecológica de dimensiones alarmantes.
La guerra que está en marcha se asemeja, en realidad, a una Tercera Guerra Mundial crónica, que podrı́a describirse como un conflicto global continuo, a modo de guerra civil global permanente.
Aunque nunca se debe descartar la posibilidad de una autoaniquilación a gran escala mediante el uso de armas nucleares. Algo que las élites mundiales han evitado históricamente para mantener su estructura de poder.
En una guerra mundial crónica, la lucha se puede prolongar por un perı́odo de tiempo significativamente más largo e indefinido que las dos guerras mundiales anteriores. Puede extenderse durante décadas. Involucrarı́a múltiples paı́ses, alianzas y frentes de batalla cambiantes en diferentes regiones del mundo.
Es muy probable que una guerra mundial crónica provoque una crisis humanitaria permanente, con millones de personas desplazadas, falta de recursos básicos y sufrimiento generalizado. El conflicto tendrı́a un impacto desastroso en la economı́a global y el agotamiento de los recursos materiales y financieros de todos los agentes implicados. Y propiciarı́a todo tipo de radicalismos y extremismos, con miles de millones de personas traumatizadas por la violencia permanente y la inseguridad constante.
En resume, as guerras non poden collerse illadas, non nacen sen unha semente, sexa a ambición dun grupo ou país, a desigualdade, a falta de liberdade ou o que sexa, e os seus efectos non quedan reducidos ó seu tempo e espazo, senón que impregna a sociedade e están entretecidos coas outras crises, sexa a climática, a medioambioental, a de recursos ou a social.
En fin, un paso pequeno na tentativa de construción da paz.
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