Un comentrio político en perspectiva.
Sábado, 26 de junio de 2010
EL MOMENTO POLÍTICO ACTUAL EN RIBADEO
• Publicado por jmrd_ribadeo a las 19:10
Hay veces que no resulta fácil sentarse a escribir. Sobre todo cuando la noticia que hay que dar es que no hay noticia. Las riadas, que cogieron a mucha gente desprevenida, ya no son noticia. Porque agua pasada no mueve molino. En todo caso lo será estos días la reparación de los desperfectos ocasionados por ellas, que parece que ya dieron comienzo. Esperemos que de este triste acontecimiento se sepan sacar las oportunas lecciones para el futuro. Aunque siempre queda la duda de si quienes utilizan la política para cosas ajenas al bien común pueden aprender la lección o volver a cometer los mismos errores. El tiempo lo dirá.
Después del sonoro culebrón al que estuvo sometida la política municipal ribadense con el tema de la moción de censura, con los Presupuestos municipales como telón de fondo, las aguas volvieron ya a su cauce. Y aunque no satisfacen a todos, ni sacia la avaricia de los funcionarios, los Presupuestos parece que ya están en vigor, según manifiesta el alcalde, y el gobierno municipal ya puede aplicar los gastos e inversiones que se contemplan en ellos. Y la gestión municipal, aunque de vía estrecha, seguirá su curso hasta agotar la legislatura. ¡Quién se lo diría a algunos hace cuatro años!
Cuatro años en los que los grupos políticos en la oposición tuvieron comportamientos distintos. El PSOE que, creyendo como Dante que la vida es una comedia, se dedicó al teatro y a la buena vida, con engañosas actuaciones, 'a ver si pican', decían. El grupo independiente de UPRI no escatimó esfuerzos ni trabajo para estar a la altura de las circunstancias, aunque raras veces sus aportaciones hayan tenido eco en la política municipal. El PP, calificado por el PSOE como colaboracionista por sus apoyos a la gestión del gobierno local, fue el que mejor supo estar a la altura de las circunstancias, apoyando al gobierno en lo que consideró positivo para Ribadeo.
Pero, a un año escaso ya de las próximas elecciones, cada partido seguirá ahora su propia ruta independiente hacia la meta. La conquista del poder será su único objetivo, sin importar los medios para alcanzarlo. Volverán con sus programas, llenos de mentiras y fantasías, sin concesiones a la austeridad, porque no da votos. Eso queda para los sufridos vecinos. Pronto empezará la competición de ofertas sobre inversiones extraordinarias y de promesas a los futuros votantes. Estos, por su parte, entretenidos en los mundiales de fútbol, prefieren no enterarse de la política. En estos momentos se ignora aún el nombre de los candidatos que van a encabezar las listas de concejales a la alcaldía en cada partido. Corre cierto rum-rum sobre la reaparición de alguna de las viejas glorias de la política que, deslumbrado por la luz engañosa de los fuegos fatuos del poder, abandona su gabinete de 'negro', y parece que se dispone a tirarse al vacío en aras de ofrecerse como salva patrias del pueblo. Veremos qué dicen los votantes. Y aunque es verdad que esos mismos políticos han desprestigiado lo que la política tiene de noble, no han logrado acabar con lo que tiene de morbo para la gente. Por eso, ha llegado el tiempo de las quinielas. ¡A apostar!
Mientras tanto el gobierno municipal sigue a lo suyo. Sin la aguja del reloj de O Cargadoiro que marque sus tiempos, sin el apoyo que exige la fidelidad de las fuerzas vivas municipales, sigue poco a poco avanzando hacia la meta final. Y mal o bien, según para quien, las cosas van marchando. Gobernar con sólo cuatro concejales no habrá sido fácil. Se han cometido y cometen muchos errores, sobre todo de enfoque, en sus actitudes, en sus gastos, en sus prioridades. Pero han gobernado y no lo han hecho peor que otros, sino más bien al contrario. ¡Ojalá que esta experiencia les sirva para fijar mejor sus objetivos y corregir actitudes hacia una gestión distinta en la que los ciudadanos estén por encima de los intereses ideológicos o partidistas! Estaremos atentos a su programa como lo hemos estado a sus acciones. Porque, en la política, como en todo, obras son amores y no buenas razones.-
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