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UN PUEBLO DESLUMBRADO POR LA DEMOCRACIA. José María Rodríguez Díaz (2010)

    De novo, a corrupción dende diversos ángulos é o tema que toca José María. Pode que non se esteaé de acordo na análise, mais os feitos denunciados, máis ou menos, seguen aí.

Domingo, 26 de diciembre de 2010

UN PUEBLO DESLUMBRADO POR LA DEMOCRACIA

• Publicado por jmrd_ribadeo a las 9:01

Deslumbrado por la democracia, esa situación paradisíaca con la que tanto soñó después de cuarenta años de dictadura, el pueblo español permanece tranquilo e impasible, incapaz de percibir la cruel realidad del caos que sufre este país, por causa del comportamiento de la clase política. Embelesado en sus utópicos sueños de democracia y libertad y sus añoranzas de los pasados días de abundancia y prosperidad, es incapaz de ver la actual realidad económica y política en que se encuentra sumido y el difícil futuro que se le ofrece. Un futuro cargado de oscuros y amenazadores nubarrones, expresión del desastre y la miseria a donde nos está conduciendo el comportamiento embaucador y abusivo de la clase política que nos gobierna y que vive espléndidamente auto remunerada a costa del pueblo, amparada bajo la sombra de una concepción territorial que les acoge y de la que viven, pero que resulta económicamente insoportable, insostenible e inviable para el resto de los ciudadanos.

La percepción que tenemos es que el pueblo, deslumbrado por la democracia, soporta resignado y sumiso la situación de desolación y decadencia económica a donde le condujo la presión abusiva de esta casta política que, acaparada en una Constitución anacrónica y sometida a la voluntad de los líderes de los partidos por la obediencia debida, no representa ni sirve a los intereses del pueblo, sino a sus propias ambiciones y privilegios y a los intereses de sus jefes políticos.

Deslumbrado por la democracia, el pueblo perdió su capacidad de reacción, y con ella su dignidad, contra la tiranía de los políticos que lo esclavizan, hundiéndolo en el fracaso, la pobreza y las privaciones, y utilizándolo para sus intereses bastardos, mientras ellos fomentan y sostienen sus privilegios económicos y viven instalados en sus prerrogativas.

Deslumbrado por la democracia, el pueblo mira impotente cómo la Constitución y la Ley Electoral permiten el ejercicio de un chantaje permanente a los gobiernos del Estado por parte de los nacionalismos, a cambio de privilegios, cuotas de autogobierno y aumento de sus planes soberanistas, en detrimento de la unidad territorial de España, de la solidaridad económica entre los ciudadanos y del llamado Estado de Bienestar.

Deslumbrado por la democracia e incapaz de reaccionar, el pueblo soporta impotente esta pesada estructura autonómica del Estado que le han impuesto, y en la que media España retoza situada, aprovechándose del esfuerzo de la otra media, condenándola a vivir en la eterna indigencia.

Deslumbrado por la democracia, el pueblo soporta humillado la merma de sus pensiones y de sus salarios, mientras sufre impotente el abuso de la clase política que, a la sombra del dicho latino de que 'pecunia non olet', se fijan sus opulentas pensiones de lujo y suntuosos salarios, sus fueros especiales e inmunidades, sus prejubilaciones y primas de lujo de los cargos cesantes, instalándose en un escandaloso nuevo estado de riqueza y privilegios, provocativo y escandaloso para la clase trabajadora.

Deslumbrado por la democracia, el pueblo soporta con resignación las mentiras y los privilegios de esa clase política que, envuelta en sus regalías de casta y viviendo a costa del sudor de las masas trabajadoras, se niega a abordar la reforma de la Ley Electoral y de la misma Constitución que como una nueva e intocable biblia les ampara, para corregir esta depauperada situación política y económica en la que vive el país.

Deslumbrado por la democracia, el pueblo, ciego, sordo y mudo, se deja conducir, como oveja al matadero, por unos falsos pastores que, en vez de cuidar el rebaño que la Constitución les ha confiado, se dedican a extraer la leche de los flácidos y exhaustos pechos del pueblo, manteniéndolo en la miseria, mientras ellos viven opíparamente con sus privilegios y blindan su futuro económico, sin sonrojarse frente a los cinco millones de parados que circulan por las calles de España.

Un pueblo, deslumbrado ante una democracia que ha convertido el centro de la soberanía popular, que es el Congreso de los Diputados, en un campo de batalla en donde se libra una lucha feroz entre los partidos políticos por la conquista del poder y de sus privilegios. Una lucha de intereses en donde unos partidos minoritarios, que rechazan la Constitución y la unidad de España, condicionan el futuro de todo el país a los intereses personales y excluyentes de su clase política dirigente.

Una casta política que, ensoberbecida y cegada por el poder, ha conducido a España a un profundo estado de endeudamiento, empobreciendo a las futuras generaciones con el despilfarro del dinero público, llenado las calles de pobres, atentando contra el Estado de Bienestar, e introduciendo la corrupción en las vísceras del Estado, y otras mil nauseabundas fechorías que quedarán impunes por la manipulación que hacen del poder y de una justicia que actúa 'según convenga a la jugada', como algunos suelen decir sin rubor. De ellos se dirá algún día aquello de que 'los padres comieron las uvas y los hijos padecen la dentera'.

Ante esta situación de caos y descontrol, de usurpación de los poderes del pueblo, cabe preguntarse si no habrá llegado el momento de que el pueblo, al igual que ellos hicieron con los controladores, militarice a la clase política gobernante, por su falta de eficacia y honestidad en el cumplimiento de sus deberes, por tanto despilfarro y endeudamiento, por tanta pobreza y desempleo como han generado, y por tanta corrupción y abuso de poder con que están gobernado el país.

Ya lo dice la Biblia: 'Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos con piel de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis?. Y si los frutos que produce este árbol, llamado democracia, son la corrupción y el paro, el abuso de poder y la pobreza del pueblo, el despilfarro y la inmunidad de la clase gobernante, ¿Qué destino merece? ¿Todo árbol que no da buen fruto será cortado y echado al fuego?.

Mi deseo, a punto de comenzar un nuevo año, es que no nos abandone, al menos, la esperanza de que un día no lejano brille de nuevo el sol por igual para todos.

José Mª Rodríguez


 

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